miércoles, 27 de febrero de 2008

ROL DEL PROFESOR



La percepción constructivista es una postura que congrega a varios autores. El pilar fundamental del constructivismo es que el estudiante construye el proceso de su aprendizaje, es visto como la parte activa del proceso de enseñanza - aprendizaje.

Ello implica que el docente busque nuevas estrategias, nuevas actividades, mantener el interés del estudiante y poner énfasis en la motivación del alumno. El docente debe "andamiar", guiar, orientar lo que implica mayor tiempo y dedicación.

¿Tú que opinas?, ¿Cuál es tu experiencia sobre el particular?

2 comentarios:

yanet paucar dijo...

¿Tú que opinas?
Sobre el video en particular creo que si ien el docente constructivista propia de estos tiempos tiene que aplicar metodología activa, no hay un patrón a seguir pues la clase debe convertirse en un centro de motivación y experiemntación continua en donde el objetico es que mi alumno aprenda y transporte lo aprendido hacia su diario vivir, parametrarse en un esquema de rutina me parece tedioso y en algún momento el alumno sabrá que continua, y eso es caer en la rutina, necesitamos despertar el interés y que el alumno se pregunte ¿mañana qué hará el maestro? en función a su actuar. pues se sabe que el alumno tiene que tener la secuencia de contenidos para no caer en la improvisación qué es lo que no se quiere.
¿Cuál es tu experiencia sobre el particular?
Trató de no caer en la rutina y que cada día en el aula sea una experiencia nueva para el alumno, provocando un clima de descubrimiento continuo y de exigencia por conocer lo que se trabajo para poder seguir la secuencia .

Anónimo dijo...

LAS RUTINAS QUE ACELERAN LAS GRANDES ACCIONES EDUCATIVAS.

A decir de Mariano Lantorno, una buena organización de la institución cuida las rutinas que sirven de sustentación del proyecto educativo y del clima que se pretende logar con la educación.

Las rutinas, caminos automáticos de eficiencia disciplinar, administrativa, organizativa, permiten que la mente de todos los agentes educativos se pueda dedicar más plenamente a cuidar las grandes acciones educativas que van por las relaciones, los fines, los aprendizajes, los proyectos...

La gran enfermedad de las instituciones de este siglo, y entre ellas la de la escuela, ha sido la rutina, como instrumento o elemento accidental, se convirtió en el núcleo o centro del acto educativo que por su misma esencia tiene que ser anti-rutinario. Y ascenderlas (a la categoría de normas supremas) es desubicarlas y hacerlas despreciar.

Es fácil entender que las rutinas se deben asociar a la adquisición y ejercicio de destrezas y hábitos, así como a los ritmos para el recto funcionamiento de una institución que se cuida y controla.

Nancy.